En la casa de los astros
riendo, soberbias
inalcanzables por las codicias
y los destellos materiales,
tus ojos reflejaban
mi sed de un respiro
Profundo
en mis pulmones
el insomnio me calificaba
seduciendo mi conciencia
destrozando su relevancia
Y te miro
y me veo
nadando en las gélidas aguas
corriendo por los páramos
eternos
abismales
vacíos,
golpeando las puertas
de la vida que abandoné
ahogado en la esperanza
de alcanzarte
Y lleno de nada
mis cavidades vitales
cebando en pozos
mi frustración latente.
La luz envejece
enrojecida por el tiempo
y se humilla, y vuelve
a su infancia
nacimiento
concepción
Los recuerdos ya no pesan
y en su conciencia
lo material se pierde
en movimiento, calor
sugiriendo la agonía
y más luz
y muerte.
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